Érase una vez, en un rinconcito de la ciudad de Madrid, cuatro jóvenes con ganas de aventuras decidieron apuntarse a una escuela de teatro, la Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid (EMAD). No se conocían de nada y cada cual  venia de Dios sabe dónde, pero tenían un gusanillo que querían explorar; el teatro.

 

Coincidieron en la misma clase y promoción, y durante tres años vivieron miles (miles) de peripecias. A medida que fue pasando el tiempo se hicieron compañeros y esos compañeros pasaron a ser familia (de idéntico linaje).

 

Y esa familia fue creciendo, con estudiantes de esa misma escuela que tenían las mismas ganas de vivir aventuras. Y daba igual de qué año, promoción, ciudad, sexo o grupo sanguíneo fueran, porque esa inquietud por hacer la tenían dentro.

 

En enero de 2014 decidieron dar un golpe sobre la mesa, y crearon un grupo llamado Movimiento Sempiterno, para hacer lo que más les gusta; jugar (a ser humanos). Vieron que tenían cabida otras artes como el cine, la dramaturgia, la escenografía, el vestuario… ¡vaya una aventura!

 

Así, este grupo de jóvenes fue desarrollando paso a paso una trayectoria que empezó con una adaptación de la obra Orgía de Pasolini, y que fue el punto de origen para que el grupo de aventureros fuera creciendo más y mas(kletá). Y así, pasaron los años haciendo teatro sin cesar, conociendo a otros aventureros a los que movía la misma pasión.

 

Así, el grupo intentó meterse en la mente de Pasolini en una noche de 1967, sufrir un amor incontrolable y prohibido en Phaedra, ir a las fallas con dos gnomos valencianos y una estatua griega llena de traumas en Maskle'ta, beber esa gota de amor en Verona, conocer a la prima Mary y al Ballena a manos de Satanasa en Los listos siempre van al cielo, pisarle lo “fregao” a una técnico en higiene y desinfección de superficies en La fregona, adentrarse en el biopic de Barba Azul en Ge De Erre, pedir ayuda a tu vecina para deshacerte de las visitas del más allá en Marujas Vigoréxicas, pasárselo en grande con un soldado fanfarrón entre putas y esclavos en Miles Gloriosus, explorar las entrañas de la soledad en Jugando a Ser Humanos, dejarte hechizar por Oberón y Titania en Soñando una noche de Hawaii, saborear en Dallas unas ricas alitas de pollo en Caravan, conocer en la red a tu otra mitad en Lieben, asistir a una fiesta donde nada es lo que parece en ¿Qué harías si yo me muero?, procesionar a la Virgen de las Nieves en un pueblo de la España profunda en La Verbena ha muerto y vivir una odisea de venganza en Tito Andrónico.

 

Una aventura que les ha removido muchos sentimientos, y que lo que ha conseguido es motivarles a seguir adelante, crecer en cada una de sus obras, montajes, creaciones... Pero lo mejor de todo es que la aventura no ha acabado, sino que es tan solo el principio de ella. Una aventura en la que aún queda mucho por contar…. pues, como dicen en Hook, vivir es una gran aventura.